domingo, 1 de julio de 2007

4 DE AGOSTO 2006
PERIODICO EL NACIONAL EDICION DIGITAL
PAGINA DE OPINION
ALVARO ARVELO HIJO


El tirano Rafael Leonidas Trujillo Molina y el Papa Pío XII acordaron establecer un Concordato entre la República Dominicana y la Santa Sede.
El tirano dominicano, que viajaba poco y temía a los aviones, fue en persona al Vaticano, se reunió con el Santo Padre (hay una foto histórica tomada en el despacho privado del Sumo Pontífice) y el 16 de junio de 1954 se firmó dicho Concordato.
Como era de rigor protocolar, por el Estado dominicano firmó (él era el Estado en términos luisianos) el tirano que ya tenía 24 años en el poder, y el cardenal Domenico Tardini, secretario de Estado, una especie de primer ministro o Canciller de la Santa Sede.
Era otro logro para el Papa Pío XII, que estaba llenando de Concordatos los países que aún no lo habían firmado, y un logro para el tirano Trujillo que así buscaba la absolución divina (?), prestigio religioso internacional y fuerza interna para celebrar, al año siguiente, un cuarto de siglo sometiendo a la República Dominicana a "una tiranía sin ejemplo".
El Papa Pío XII era un experto en firmar o dejar listo se para firmas tales acuerdos entre Estados, ya que lo logró con el tirano alemán Adolf Hitler, con el tirano italiano Benito Musolini y con el tirano español Francisco Franco.
Es oportuno señalar que siendo el cardenal Eugene Pacelli, futuro Pío XII, Nuncio en Alemania sentó las bases para que al ingreso al poder de Hitler y sus esbirros todo estuviera listo para firmar el Concordato con Pacelli como secretario de Estado de Pío XI (Aquiles Ratti).
De la misma manera que como brillante jurista, entre otras facetas de su erudición, trabajó ampliamente para la firma, en 1929, del célebre Tratado de Letrán entre al tirano Musolini y su Italia sojuzgada por el fascismo, que devolvía a la Iglesia Católica toda lo que le había quitado durante la resolución unionista de 1860 (con Garibaldi y todo)... y algo más!
Mientras en la República Dominicana el tirano Trujillo se dedicaba a masacrar a la gente, ahora refiriéndome a la Segunda Guerra Mundial, el Papa Pacelli apoyaba a Hitler, a Musolini, a los militaristas japoneses, las persecuciones antisemitas, la masacre a nivel del Orbe, etcétera.
Lo que hizo el Papa Pío XII, que era elitista, racista, xenófobo, antisemitas, fascista, nazi y belicoso, llevó al historiador y biógrafo John Cornwell a bautizarlo (título de su famoso libro) "el Papa de Hitler".
Bueno, el caso es que se firmó ese Concordato entre el Estado propiedad del tirano Trujillo y una Santa Sede propiedad del dictador Pacelli, y hoy ese acuerdo tiene 52 años. Se firmó antes de entrar la segunda mitad del año 1954 del siglo 20, y tiene vigencia en la segunda mitad de la primera década del siglo... 21!
Todo principio filosófico (sobre todo después del Renacimiento), todo método científico, toda demostración sociológica, todo juicio jurídico, todo proceso dialéctico, todo sentido común, buen juicio, tolerancia y lógica nos llevan a plantear a nosotros, los católicos (y los que no lo sean) una revisión del Concorde de Trujillo y Pacelli.
Yo podría citar aquí varios puntos que hoy no proceden mantener en un Concordato que es obsoleto, retrógrado, antievolutivo, inquisidor, injusto, etcétera, pero me voy a referir a apenas uno de muchos negativos:
"La Religión Católico, Apostólica, Romana sigue siendo la de la Nación dominicana y gozará de todos los Derechos y de las prerrogativas que le corresponde en conformidad con... La ley Divina!" Sin comentarios.
- ALVARO ARVELO HIJO

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